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La Comisión de Energía del Parlamento belga votó recientemente la llamada ley del hidrógeno, que pretende regular el transporte de hidrógeno por tuberías en el país.

Aprobada por la Comisión de Energía del Parlamento belga, Bélgica será el primer país del mundo con una ley de este tipo.

Con la ley del hidrógeno, Bélgica quiere garantizar que se pueda traer hidrógeno de ultramar. El proyecto de ley también se centra en el hidrógeno verde, producido totalmente a partir de energías renovables.

Igual que hacen ahora con el GNL (gas natural licuado) en el puerto de Zeebrugge, quieren algo idéntico al hidrógeno.

La ley del hidrógeno no sólo regula el transporte de hidrógeno en Bélgica. Pero también determinar qué empresa se encargará de gestionarlo. Esta empresa, aún por designar, será una empresa regulada que no podrá decidir sin más sobre sus márgenes de beneficio. La empresa también debe garantizar el acceso libre y no discriminatorio a la red de hidrógeno y garantizar la calidad del hidrógeno.

La CREG belga (Comisión de Regulación de la Electricidad y el Gas), organismo federal que regula los mercados belgas de la electricidad y el gas natural, supervisará la empresa.

El proyecto de ley sobre el hidrógeno aún debe pasar por la Comisión de Energía de la Cámara de Representantes para una segunda lectura, antes de que pueda recibir el visto bueno oficial.

Posición de Bélgica en el campo de la tecnología del hidrógeno

Bélgica no es una novata en el hidrógeno, pues ya cuenta con un número considerable de conducciones de hidrógeno propiedad de agentes privados.

En la actualidad, Bélgica cuenta con una red de hidrógeno de 613 kilómetros de longitud, la segunda mayor del mundo y la mayor de Europa. Esta red de hidrógeno pasa por Amberes, Zeebrugge, Gante, Bruselas y Charleroi y está unida a las redes de los países vecinos. Bélgica también cuenta con más de 100 empresas e institutos de investigación dedicados a las aplicaciones del hidrógeno. Esto indica que Bélgica está muy bien situada en el campo de la tecnología del hidrógeno y quiere mantener esta posición.

Además, las industrias belgas y europeas ya utilizan hidrógeno gris extraído del gas, el petróleo o el carbón. Este tipo de hidrógeno podría dar paso al hidrógeno verde en 2050, sólo si dependiera de la Unión Europea.

Bélgica quiere ser pionera, y Europa en general también. En 2019, a través del Green Deal, Europa fue el primer continente en presentar la ambición de neutralidad climática para 2050, vinculando los objetivos medioambientales y climáticos con las oportunidades económicas. El hidrógeno se considera la piedra angular de esta política. Bélgica y Europa aspiran a convertirse en un centro neurálgico del hidrógeno, pero Bélgica cree que debería avanzar más rápido.

Con esta ley, Bélgica se adelanta a la legislación europea y puede convertirse en la primera en aplicar una norma de este tipo. Esto podría convertir a Bélgica en un modelo a imitar por Europa.

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