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Las Zonas Francas de Uruguay (abreviado “ZF”) son regiones del territorio nacional designadas por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para el desarrollo de actividades industriales, comerciales o de servicios específicas. El atractivo y la ventaja fundamentales son que los usuarios son inmunes a cualquier impuesto nacional relacionado con las acciones que tienen lugar en él.

El desarrollo y la promoción de las Zonas Francas por parte del gobierno uruguayo ha sido proclamado de interés para el país, con los objetivos de promover las inversiones, diversificar el entramado productivo, generar puestos de trabajo, aumentar las capacidades de la mano de obra nacional, incrementar el valor añadido nacional, fomentar la alta tecnología y las actividades innovadoras. Además, el país quiere promover la descentralización de los sectores empresariales y el desarrollo regional y, en general, favorecer la inserción del país.

Uruguay cuenta ahora con once Zonas Francas con diversas especialidades; varias de ellas están situadas en la región metropolitana de Montevideo o en sus alrededores.

Aguada Park, Parque de las Ciencias, Zona Franca UPM Fray Bentos, Zona Franca Colonia Suiza, Zona Franca Libertad, Zona Franca Colonia, Zona Franca Nueva Palmira, Zona Franca Florida, Zona Franca Punta Pereira, Zonamérica, y Zona Franca WTC son algunos de ellos.

¿Qué actividades están permitidas en una zona franca de Uruguay?

A pesar de que el Poder Ejecutivo puede ser requerido para incluir actividades que considere útiles para la economía nacional o para la integración económica y social del Estado, las leyes existentes contemplan lo siguiente.

a. Operaciones comerciales o industriales

En las Zonas Francas pueden crearse las siguientes actividades industriales y comerciales: la venta de mercancías o artículos y las operaciones logísticas.

La legislación les obliga a entrar en la ZF en la que se desarrolla la actividad o en otra ZF para poder acogerse a las exenciones fiscales (se incluyen ambas posibilidades, independientemente de que esté dentro o fuera de las fronteras nacionales).

Ejemplos de tareas logísticas son el acondicionamiento, la ordenación, la clasificación, la destilación, el ensamblaje, el montaje o el ensamblaje, la instalación de software y la configuración de hardware.

También pueden instalarse y funcionar establecimientos de fabricación.

b. Servicios

La Ley no establece ninguna restricción, permitiendo la prestación de cualquier servicio. En este ámbito, cabe destacar que los servicios deben crearse dentro de la propia ZF para los consumidores o promotores de las zonas francas o de terceros países.

Algunos servicios pueden prestarse en el ámbito nacional siempre que se tengan en cuenta los monopolios y las concesiones gubernamentales. En este sentido, se permite la prestación de los siguientes servicios (dentro de Uruguay): centros de llamadas internacionales (excluyendo aquellos cuyo objetivo único o principal es el resto del territorio nacional), buzones, educación a distancia y certificados de firma electrónica.

También se incluyen los servicios prestados dentro de una ZF para comodidad de los usuarios de otras ZF. También se pueden arrendar desde las zonas francas hasta los límites territoriales no francos a empresas sujetas al IRAE, siempre que no interfieran con monopolios, exclusividades estatales o concesiones públicas.

c. Actividades prohibidas

La Ley establece que los usuarios de la ZF no pueden realizar determinados actos. Las armas, la pólvora y la munición están entre ellas. Asimismo, el acto de “comercio minorista” está prohibido.

Sin embargo, se permite el intercambio de productos y servicios entre usuarios, así como las operaciones comerciales o los servicios dirigidos a satisfacer las necesidades de los individuos mientras realizan actividades laborales en su interior. Los restaurantes de las zonas francas son un buen ejemplo.

¿Qué requisitos hay que cumplir para operar en una zona franca de Uruguay?

a. Explotación

El operador o promotor de una ZF puede ser el gobierno o una empresa privada. Puede ser una persona física o jurídica en este último caso, y debe ofrecer la infraestructura necesaria y adecuada para la construcción y el funcionamiento de una zona franca a cambio de un canon.

En consecuencia, el permiso es oneroso y debe pagarse una vez o de forma periódica al Estado (la forma más utilizada).

De hecho, es frecuente que los operadores privados sean a la vez los propietarios de los inmuebles afectados por la ZF. Sin embargo, en otras circunstancias, el operador no es propietario de toda la región, sino sólo de la mayoría de los registros afectados, y tiene autoridad directa sobre el resto de los registros que se ven afectados por la ZF.

La solicitud de licencia para explotar y desarrollar una ZF debe presentarse ante el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), con un proyecto de inversión que demuestre su viabilidad económica y sus ventajas.

Una vez presentada la solicitud oficial, el examen del caso por parte del Poder Ejecutivo no puede durar más de 45 días a partir de la fecha de presentación de la solicitud, sin incluir el tiempo de estudio del expediente.

En la práctica, la solicitud debe ir acompañada de una demostración presencial de la idea a los funcionarios del gobierno por parte de los representantes de la empresa.

También se recomienda dar material de apoyo para la presentación introductoria y fomentar las instancias de interacción con las autoridades a lo largo del proceso. Dentro del ámbito de la autorización para el despliegue de la ZF, la Autoridad Ejecutiva podrá exigir al operador y a los usuarios que ofrezcan garantías. Dichas garantías se establecen para asegurar la tarifa elegida y el cumplimiento de los deberes comprometidos.

b. Usuario

Los usuarios son aquellos (naturales o legales) que han obtenido la autoridad para llevar a cabo cualquiera de las acciones especificadas en la legislación. Hay que realizar un trámite ante la Dirección General de Comercio (Zona Franca), dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, para obtener dicha calidad.

Hay que tener en cuenta que hay dos tipos de usuarios: directos e indirectos. Los directos son los que se comprometen en un contrato para obtener el derecho a instalarse con quien dirige la Zona Franca, ya sea el gobierno o un particular. En cambio, los indirectos son los que realizan el acto lícito con la ayuda de otros.

Los contratos pueden ser celebrados por ambas personas jurídicas en su condición de “futuros usuarios”. En realidad, éstas son propiedad de personas jurídicas que adquieren uno de los siguientes tipos de sociedades: Sociedades Anónimas (SA), Sociedades de Responsabilidad Limitada (SRL), Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) y “sucursales de empresas extranjeras”.

c. Solicitud de autorización de contratos de usuario.

Para que la Dirección General de Comercio – Área de Zonas Francas sancione la actividad, se debe presentar el contrato entre los usuarios (directos o indirectos) y quienes tienen derecho a explotar las Zonas Francas.

La solicitud debe incluir los siguientes elementos: el contrato de las partes y el plan de inversión (incluido el plan de negocio). Además, se debe proporcionar la información necesaria: actividad sustancial y complementaria que se va a realizar, recursos humanos que se van a utilizar en la ZF y detalles de los empleados afectados fuera de ella, y cualquier otra información que la empresa considere necesaria.

d. Fechas límite

El permiso otorgado por la Dirección General de Comercio (Área de Zonas Francas) tendrá una duración máxima de quince años para la realización de operaciones industriales y de diez años para los servicios y actividades comerciales, dado que se trata de un usuario directo.

Cuando se trata de un usuario indirecto, el plazo habitual es de cinco años. Es fundamental destacar que los plazos se renuevan previa solicitud a las autoridades competentes en ambas circunstancias.

A pesar de lo anterior, el Poder Ejecutivo puede permitir contratos de mayor duración. Aun así, tal y como establece el reglamento, debe basar su decisión en el importe de la inversión en capital fijo, el empleo previsto u otros factores que determinen una contribución.

e. Trabajadores: 75% de empleados de nacionalidad uruguaya (como mínimo).

Otro criterio para la formación de un usuario de ZF es que el 75% de la totalidad de la plantilla debe ser de nacionalidad uruguaya, ya sea física o jurídica.

La proporción puede reducirse en función de las características singulares de la tarea a realizar y por razones de interés público.

Sin embargo, cabe mencionar que cuando se trata de operaciones de servicios, el número de uruguayos puede bajar al 50% si la naturaleza de la empresa lo requiere.

¿Cuáles son las principales ventajas de operar en una zona franca de Uruguay?

a. Régimen fiscal

La principal ventaja de trabajar en una zona franca es que los usuarios están exentos de todos los impuestos nacionales.

Existen excepciones: las cotizaciones únicas a la seguridad social y las ventajas legales monetarias creadas a favor de personas de derecho público no estatales de la seguridad social (ejemplo: donaciones del Fondo de Profesionales Universitarios).

b. Particularidades del régimen de los trabajadores extranjeros

La Ley permite a los trabajadores extranjeros que desempeñan su trabajo en la zona de libre comercio indicar por escrito su deseo de no participar en el sistema de bienestar uruguayo. El usuario no está obligado a realizar las aportaciones requeridas ante esta premisa.

c. Beneficios no fiscales

La legislación permite a los organismos gubernamentales que ofrecen insumos de suministro o servicios a los usuarios de zonas francas establecer precios promocionales. Del mismo modo, en las zonas francas no regirán los monopolios de servicios estatales en el ámbito industrial y comercial.

Del mismo modo, la entrada y salida de las zonas francas para los valores y las divisas nacionales y extranjeras sería gratuita.

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